miércoles, 6 de julio de 2016

SIGNIFICADO DE LA SEÑAL DE LA CRUZ

Aprendemos desde niños a hacer la "señal de la Cruz". Por lo general, es la abuelita o la mamá la que nos acerca desde muy pequeños a Dios a través de este gesto que encierra tremenda teología, pues se trata, en el fondo, del misterio principal de nuestra fe: el misterio de la Santísima Trinidad.

Es el resumen de mi fe, e implica más que sólo "decir", implica "hacer"; pues al pronunciar estas palabras "En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", expreso mi intención de obrar como lo que soy: hija de Dios. Esto es fuerte, es comprometedor y a la vez es confianza en el Padre que me ha creado, en el Hijo que me ha redimido y en el Espíritu Santo que me santifica. 


Al tocar mi frente: «ofrezco a Dios todos mis pensamientos.
Al tocar mi pecho: consagro a Dios todos los sentimientos de mi corazón.
Al tocar mi hombro izquierdo: le entrego todas mis penas y preocupaciones.
Al tocar mi hombro derecho: le consagro mis acciones.

La señal de la Cruz es en sí misma fuente de grandes gracias. Debo considerarla como la mejor preparación a la oración, pero ya es en sí misma una oración, y de las más impresionantes. Es una bendición.